Lilas crecidas en contenedores: aprenda a cultivar lilas en una maceta
Con su inconfundible fragancia y hermosas flores de primavera, las lilas son las favoritas de muchos jardineros. Sin embargo, no todos los jardineros tienen el espacio o la situación de vida a largo plazo para arbustos grandes, viejos y florecientes. Sigue leyendo para aprender más sobre cómo cultivar una lila en una maceta.
Lilas crecidas en contenedor
Plantar un arbusto de lilas en una maceta es factible, pero no es lo ideal. Las lilas pueden volverse enormes y crecen mejor cuando sus raíces son libres de extenderse. Al cultivar lilas en contenedores, el primer paso es elegir una variedad que se mantenga relativamente pequeña.
Existen algunas variedades enanas, como:
- Minué
- Duendecito
- Munchkin
Algunas variedades no enanas que se mantienen pequeñas incluyen:
- Syringa meyeri
- S. pubescens
- S. patula
Incluso las lilas cultivadas en pequeños recipientes necesitan mucho espacio para sus raíces, por lo tanto, obtenga un recipiente tan grande como pueda, preferiblemente al menos 12 pulgadas (30 cm) de profundidad y 24 pulgadas (61 cm) de ancho. La terracota es mejor que el plástico, ya que es más resistente y está mejor aislada.
Cuidado de lilas en maceta
Otro desafío para plantar un arbusto de lilas en una maceta es conseguir el suelo correcto. Las lilas no pueden tolerar el suelo ácido, y la mayoría de los suelos comerciales para macetas contienen al menos algo de turba que reduce el pH. La mejor manera de manejar esto es agregar 1 taza (237 ml) de cal de dolomita a cada 2 pies cúbicos (57 l.) De tierra para macetas.
Mueva su contenedor a su lugar de descanso final antes de plantar, ya que probablemente será muy pesado cuando esté lleno. Colóquelo en un lugar que reciba al menos 6 horas de pleno sol todos los días.
Manténgalo relativamente húmedo, regando cada vez que la tierra se seque a una pulgada debajo de la superficie.
Si sus inviernos son duros, proteja su lila del frío invernal enterrándola en el suelo o cubriendo mucho la maceta. No traigas tu lila para el invierno: necesita el frío para preparar los brotes para las flores de la próxima primavera.
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